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¿Cuál es tu cifra de libertad financiera?

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Introducción

Siempre me ha parecido desmotivante pensar en el retiro. Esa meta se siente tan lejana, casi inalcanzable, que muchas veces ni siquiera me interesa imaginarla. Además, la idea de esperar décadas para disfrutar de los frutos de mi esfuerzo se convierte en un caso extremo de satisfacción diferida: tanta espera que el objetivo pierde sentido. Por eso creo que el enfoque no debería ser el retiro, sino algo mucho más cercano y motivador: la libertad financiera. El verdadero problema es que pocas veces nos enseñan cómo calcular esa cifra que te permite tener independencia y vivir bajo tus propias reglas.

 

Como dice con humor una frase que me gusta mucho: “De joven fui pobre, ahora después de mucho esfuerzo y trabajo duro… ya no soy joven.” Que no te pase a ti: planear tu libertad financiera no debería esperar hasta el final de tu vida laboral.


El ciclo: trabajo, dinero y activos

El trabajo te da dinero. Con ese dinero puedes consumir, o bien, adquirir activos. Los activos —ya sea una propiedad, inversiones en la bolsa o un negocio— son los que con el tiempo generan ingresos pasivos. Y son esos ingresos, no el salario, los que finalmente pueden darte la tan deseada libertad financiera. Pero aquí surge la gran incógnita: ¿cuánto necesito para que esos activos trabajen por mí?


La regla práctica

Aquí es donde entra una regla simple pero poderosa: la regla del 4 %, que también se conoce como la regla de las 25 veces. Ambas son la misma idea presentada de manera distinta. La lógica es esta:

Si puedes vivir de un 4 % anual de tus inversiones, tus activos deberían durarte alrededor de 30 años.


Dicho de otra forma, necesitas acumular unas 25 veces tus gastos anuales para alcanzar la independencia financiera.


Una comprobación matemática sencilla

La matemática detrás no es complicada. Históricamente, las inversiones diversificadas han generado retornos anuales promedio de entre 8 % y 10 % en periodos de 10 años o más. Si solo retiras un 4 % anual de tu portafolio, no solo logras cubrir tus gastos, sino que mantienes e incluso haces crecer tu capital a lo largo del tiempo.

 

La fórmula es simple y práctica:


(Gastos mensuales × 12) × 25 = Cifra de la libertad financiera

 

Imagina que necesitas $40,000 al año para cubrir tus gastos. Multiplicado por 25, el resultado es $1,000,000. Esa sería tu “cifra de la libertad”. Porque $1,000,000 invertidos, generando un 8 % anual, producen $80,000; al retirar solo $40,000, todavía dejas que tu capital siga creciendo.


Ejemplo práctico

Supongamos que tus gastos anuales son de $20,000. Según esta regla, necesitas $500,000 invertidos para alcanzar tu libertad financiera. Si tus gastos fueran $50,000, entonces necesitarías $1,250,000. La fórmula es la misma, lo único que cambia es tu estilo de vida.


Conclusión

La libertad financiera no es un sueño inalcanzable ni algo reservado para millonarios. Es cuestión de entender cuál es tu cifra de la libertad y construir un plan para llegar a ella. Una vez que sabes ese número, cada decisión financiera que tomes —ahorrar, invertir o gastar— tiene un propósito claro: acercarte a esa meta. La pregunta ya no es si algún día podrás dejar de trabajar, sino cuándo decidirás hacerlo.

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