top of page

Rompe el Ciclo y Construye Riqueza Generacional

Al comenzar este 2025, quiero hablar sobre un tema que genera muchas preguntas: las inversiones. Es un mundo que llama la atención de todos, pero que también aterra a muchos. Ya sea por falta de conocimiento o desinformación, muchas personas dejan pasar el tiempo y desaprovechan la fuerza del interés compuesto, que, según Albert Einstein, es "la octava maravilla del mundo. Quien lo entiende, lo gana. Quien no, lo paga".


También quiero abordar el mito de que invertir es solo para millonarios y que se requieren grandes sumas para poder hacerlo. La realidad es que las inversiones están al alcance de todos. Con menos de $100 al mes, puedes iniciar tu camino hacia la riqueza generacional. Y aquí viene lo más importante: el verdadero factor clave en la generación de riqueza no es la cantidad, sino el tiempo.


¿Qué es el interés compuesto?

El interés compuesto es el sistema en el que los intereses generados no solo se calculan sobre el monto inicial (o capital), sino también sobre los intereses acumulados en períodos anteriores. Es como una bola de nieve que, al rodar cuesta abajo, se hace cada vez más grande porque acumula más nieve (en este caso, más interés).


En contraste, el interés simple solo genera interés sobre el capital inicial, sin importar cuánto tiempo pase.


Ejemplo: Interés Simple vs. Compuesto

Imagina que inviertes $1,000 al año con un 10% de interés durante 5 años. Veamos la diferencia:


1. Interés Simple

  • El interés se calcula solo sobre el monto inicial ($1,000).

  • Fórmula: Interés Simple = Capital × Tasa × Tiempo

  • Interés anual: $1,000 × 10% = $100 por año

Después de 5 años, tienes un total de $1,500, de los cuales $500 son intereses.


2. Interés Compuesto

  • El interés se calcula sobre el monto inicial y los intereses acumulados.

  • Fórmula: Interés Compuesto = Capital × (1 + Tasa)^Tiempo

  • En el segundo año, el 10% se aplica a $1,100, no solo a los $1,000 iniciales.

Después de 5 años, tienes un total de $1,611, de los cuales $611 son intereses.


El Poder de Empezar Temprano

En las inversiones, el tiempo es un ingrediente clave. Imaginemos que empezamos a ahorrar $175 al mes a los 25 años. Si esta inversión logra un retorno promedio de 10% al año (en mi siguiente artículo abordaré dónde pueden conseguir ese 10%), ¿cuánto creen que tendríamos al cumplir 65 años?


Si solo lo guardamos bajo el colchón, tendríamos $175 x 12 meses x 40 años = $84,000. Pero si lo invertimos con interés compuesto, el resultado sería $1,106,714.


Ahora, si en vez de empezar a los 25 años, nos esperamos y comenzamos a los 35 con la misma inversión, el monto final sería $395,585. Esos 10 años de espera nos costaron casi $700,000. Para compensar ese tiempo perdido, habría que aumentar los depósitos a $490 al mes.


¿Qué pasa si no empecé temprano?

Para muchos, empezar a invertir a los 20 o 30 años ya quedó en el pasado. Pero eso no significa que ya no tenga sentido hacerlo.


Hace unos días tuve una conversación con una amiga sobre este tema mientras tomábamos un café. Ella me decía que, aunque ya no tiene tanto tiempo para invertir, quiere enseñarles a sus hijos sobre finanzas. Y es que, aunque probablemente no veamos los frutos de nuestras inversiones crecer a montos astronómicos, podemos sembrar las bases para que nuestras futuras generaciones construyan riqueza.


Caso 1: Inversión a los 45 años

Imaginemos el caso de alguien que a los 45 años tiene $10,000 ahorrados y comienza a invertir $500 al mes con una tasa de 10% anual. Si mantiene esta inversión hasta los 65 años, su cuenta alcanzará $452,965.


Ahora, supongamos que esta persona toma la mitad del monto acumulado y se lo deja a sus hijos, mientras ellos continúan invirtiendo $500 al mes. En 20 años, su cuenta crecerá a $2,039,365. Si la siguiente generación repite el mismo patrón, en otros 20 años esa inversión alcanzará $7,851,994.


Así es como se crea riqueza generacional. En este ejemplo, después de tres generaciones, la familia cuenta con un fondo significativo que puede pagar vivienda, educación y muchas otras cosas.


Caso 2: Inversión para un recién nacido

Ahora, pensemos en alguien que, como padre primerizo, decide abrir una cuenta de inversión para su bebé y depositar $1,000. Si esta cuenta genera un 12% de rendimiento anual, cuando su hijo cumpla 60 años, sin hacer ninguna otra aportación, tendrá $1,292,377. Aquí no hay disciplina, solo paciencia. ¡Eso es el poder del interés compuesto!


Reflexión Final

Invertir no es solo para los millonarios. No se trata de cuánto dinero tengas, sino de cuándo empiezas. La clave está en el tiempo, la disciplina y la paciencia. Cada día que esperas es un día menos en el que tu dinero podría estar trabajando para ti.


Si crees que invertir es solo para los ricos, piensa al revés: para ser millonario, primero debes adoptar la mentalidad de uno. No se trata de suerte ni de grandes sumas de dinero, sino de decisiones estratégicas y constancia. Ya eres millonario, solo que en proceso, y ese proceso empieza hoy.


No esperes más para tomar acción. Tu futuro financiero depende de lo que hagas ahora. 🚀

1 Comment


Definitivamente un consejo sabio. Yo le añadiría que el comienzo de la riqueza no está en cuanto ganas, pero sí en cuanto gastas. Mantener un control en los gastos nos dará la base que requerímos para invertir como se menciona en este artículo. Ese sobrante de nuestros gastos controlados es lo que podremos invertir mes a mes con un interés compuesto. No solo es riqueza a largo plazo, pero también nos brinda cierta seguridad que nos dará la capacidad para poder tomar oportunidades (decisiónes) que nunca tomaríamos por no tener un fondo de colchón que nos dé esa seguridad. Este tema del ahorro y la inversión se vuelve magico, permitiendonos generar riqueza en formas inimaginables.

Like
bottom of page